Impacto de la propuesta de resolución de la UE sobre el BPA en los fabricantes de agua embotellada
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (ESFA) propone reducir la ingesta diaria tolerable de bisfenol A (BPA), reevaluando su decisión de 2015. La propuesta reduciría drásticamente el límite de 4 microgramos por kilo de peso corporal al día a 0,04 microgramos por kilo de peso corporal al día ~ 100.000 veces menos. Su justificación se basa en investigaciones recientes sobre el efecto del BPA en el desarrollo de neumonía alérgica. Aunque este cambio se encuentra actualmente en fase de propuesta, sugiere que es probable que se impongan restricciones a la ingesta de BPA, y que el peso de la investigación que cita la toxicidad del BPA está empezando a crecer.
El BPA se encuentra en el policarbonato, un plástico muy conocido en la fabricación de botellas de agua. Se trata de un compuesto orgánico sintético utilizado en la fabricación de algunos plásticos. El plástico de policarbonato es resistente a los impactos, transparente y duradero, lo que supone claras ventajas para el embotellado de agua a granel. Es probable que la duración del contacto entre el agua y el plástico en el suministro de agua a granel sea mayor debido al tiempo que se tarda en consumirla, lo que aumenta la posible filtración de BPA en el agua. Según los resultados del análisis de migración de las botellas de policarbonato de 5 galones, es imposible cumplir los nuevos límites de seguridad. Un estudio reciente de Toluna reveló que para el 59% de los encuestados norteamericanos, el agua de un refrigerador de agua es la principal fuente de agua potable fuera del hogar, lo que demuestra la necesidad de agua limpia y segura.
Para los productores de agua a granel, cualquier cambio en la legislación que reduzca el consumo de BPA significaría que las botellas de policarbonato dejarían de ser una solución viable. Para sustituir al policarbonato, los embotelladores necesitarían un sustituto que compartiera las mismas características: resistente a los impactos, transparente y duradero. El plástico PET sería la solución obvia, y quizás funcionaría mejor para los que hicieran la transición desde el policarbonato. Las botellas de PET son inastillables y cristalinas, lo que les confiere un aspecto de primera calidad; ver la claridad del agua es una característica de primera calidad que queda oscurecida por el policarbonato menos transparente. El cambio también tiene ventajas para el medio ambiente. El PET es más fácilmente reciclable y tiene más usos posteriores al reciclado que el policarbonato, al tiempo que produce menos del 60% de las emisiones de carbono en su producción.
En conclusión, como los datos siguen sugiriendo que el BPA desempeña un papel más perjudicial de lo que se pensaba en un principio, evaluar el envasado de sus productos antes de cualquier cambio legislativo permitiría una transición sin problemas.
Referencia del artículo: https://www.efsa.europa.eu/de/news/bisphenol-efsa-draft-opinion-proposes-lowering-tolerable-daily-intake
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